El estudio de la música de manera sistemática
comenzó en la antigua Grecia gracias a Pitágoras que captó la relación entre el
largo de una cuerda pulsada y el sonido que produce, según la vibración.
Estas relaciones han permitido la creación de
escalas musicales, adaptadas posteriormente para generar distintos tipos de
sonidos y crear nuevas obras.
Aunque con algunas diferencias, todas tienen un
origen común: la observación de Pitágoras.